Sobre Cádiz
Un poco de historia de Cádiz
La ciudad de Cádiz fue fundada hace unos 3000 años por los fenicios como un puesto avanzado comercial, lo que la convierte en la más antigua ciudad de Europa Occidental que ha estado habitada de forma continuada. Ello le ha conferido un legado a través de los diferentes pueblos que se han asentado que ha dejado una impronta cultural indeleble en la ciudad que se manifiesta en el carácter abierto de sus habitantes.
Cádiz, junto con la vecina ciudad de San Fernando, conforman una isla que ha sabido -o podido- preservar un importante legado histórico como resultado de su importancia comercial, al mismo tiempo que lo combina con unas playas magníficas y una exquisita cocina.
Cádiz experimentó uno de sus periodos más brillantes durante su fundación como Gadir fenicia y, posteriormente, como ciudad romana en la que basado en el comercio del Garum, su situación geoestratégica de puesto avanzado de salida del Mediterráneo al Atlántico y de comunicación con el resto de la Hispania romana le confirió una enorme importancia que, aún hoy, se puede observar en los restos del teatro romano o en los de las calles fenicias o, más recientemente, del puerto fenicio que se han ido descubriendo.
Sin embargo, la mayor parte del legado arquitectónico que es visible a día de hoy corresponde a lo que podría ser su segundo periodo de esplendor, cuando durante el siglo XVII se convirtió en sede del monopolio del comercio con los territorios de Ultramar en detrimento de Sevilla. De esta época data la mayor parte de sus magníficos edificios así, como de sus bastiones defensivos. El incremento de los ataques de piratas ingleses y holandeses motivados por su riqueza dio lugar a la construcción de murallas, castillos, bastiones defensivos y torres de vigilancia -éstas últimas en las casas de los comerciantes adinerados- que conforman una de las características más significativas y distintivas del paisaje urbano de la ciudad. Este modelo defensivo urbano fue exportado con éxito a otras ciudades españolas en los territorios de América y aún se pueden ver en ciudades como San Juan de Puerto Rico, Cartagena o La Habana.
Hoy día, ya entrando en su cuarto milenio de vida, el centro histórico totalmente rodeado por el mar es un reclamo en el que perderse en sus calles sombreadas y, a veces, sinuosas, donde el Atlántico golpea sus erosionadas murallas, las playas reciben a los bañistas y en los bares y restaurantes el sonido de los comensales se confunde con el de las gaviotas y el pescaíto frito.
No te puedes perder
Cádiz ha recibido en los últimos tiempos mucha atención por parte de las grandes guías de viajes y viajeros, desde Lonely Planet a The New York Times (https://www.nytimes.com/2019/09/03/travel/cadiz-an-underrated-corner-of-spain.html ), como una pequeña joya escondida.
Una posible visita puede comenzar en Puerta Tierra, el punto de entrada a la ciudad vieja a través de las murallas que dividen la parte moderna y la antigua. En la parte nueva, sus playas (La Victoria, Santa María, La Cortadura), junto con sus clubes náuticos y los bares y chiringuitos gourmet mirando al mar. En la otra parte, todo el sabor y la historia que provienen de los centros históricos: el barrio de El Pópulo, que se corresponde con la ciudad medieval -llena de calles sinuosas y bares-; el barrio de La Viña, auténtico corazón del Carnaval y que ha traspasado fronteras; o el barrio de Santa María, templo vivo para los amantes del flamenco.
La ciudad Antigua ha sabido mantener una uniformidad en el aspecto de sus calles y fachadas, construidas a base de piedra ostionera sacada del mar, que han preservado su carácter y personalidad. En el lado que mira al Atlántico sobresale con su cúpula de azulejos amarillos la Catedral, mirando a todo el paseo que conforma el Campo del Sur y que tanto parecido tiene con el malecón de La Habana. A su lado, el antiguo Teatro Romano y la Catedral Vieja. No muy lejos, la Plaza de San Juan de Dios, presidida por el edificio neoclásico del Ayuntamiento, y que mira al Puerto de la ciudad, en esta época lleno de cruceros.
Un paseo por la ciudad permite perderse por sus animadas plazas. Desde la Plaza de España, al lado del puerto, donde se encuentra la antigua sede de la Casa de Contratación de Indias -hoy Diputación de Cádiz- y el monumento a las Cortes de 1812, nuestros pasos nos llevan a la Plaza Mina, donde los restos romanos y fenicios brillan en el Museo Arqueológico. De ahí nuestros pasos pueden encaminarse a la Plaza de las Flores y al Mercado Central, para visitar la Torre Tavira, la torre vigía más alta visitable de la ciudad con su cámara oscura en la parte superior, o el Oratorio San Felipe Neri, desde donde se proclamó la Constitución de 1812.
Para las mejores vistas del Atlántico, nada como un paseo por el Campo del Sur, la Alameda Apodaca o el Parque Genovés, para terminar con la que ha sido definida como una de las mejores puestas de sol del mundo en la Playa de la Caleta, rodeada por las antiguas fortificaciones de los castillos de Santa Catalina y San Sebastián.
Cádiz es también la Puerta a la Costa de la Luz. Desde Sanlúcar de Barrameda, que recientemente terminó su capitalidad gastronómica, puerta al Coto de Doñana y famosa por su manzanilla, hasta Jerez de la Frontera, cuna de los caballos cartujanos, templo del vino de Jerez y con un patrimonio arquitectónico envidiable. Desde Cádiz hacia el Sur se abren interminables playas donde Bolonia y sus ruinas romanas de Baelo Claudia sobresalen, o Tarifa, paraíso y meca mundial del windusrf; pero también hacia el interior, hacia sus pueblos blancos en la Sierra de Cádiz como Arcos de la Frontera o Grazalema, hasta llegar a Ronda, ya en la provincia de Málaga.